Buenas tardes a todas y todos.

Primero que todo:

Gracias al Ministerio de Cultura por medio del programa Nacional de Concertación.

Gracias a la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín, por medio del programa de Apoyos Concertados.

Gracias al Pequeño Teatro de Medellín por facilitarnos este hermoso templo teatral para que nos encontremos

Gracias a Rocco Gráficas y Confiar Caja Cooperativa por medio de su convenio de El teatro del mes.

Gracias a la corporación Canchimalos por creer en el sainete.

Gracias a los artistas, ponentes y talleristas por compartir sus experiencias.

Gracias al equipo de trabajo que ha facilitado que este sueño sea realidad.

Y a ustedes, una calurosa bienvenida y gracias por venir.

Bienvenidos a este Quinto Encuentro Sainetiando, diálogos de la memoria.

En este tiempo en el que la tecnología nos distancia de los vecinos y nos acerca de manera virtual a las personas en la lejanía, abrimos este espacio para el intercambio de conocimientos y experiencias que cada uno lleva en este trasegar por el teatro, y en especial, por la sensibilidad a nuestro entorno cultural, reflexionando sobre nuestra identidad, los valores y defectos con los que convivimos y las perspectivas que tenemos para el desarrollo del arte en la comunidad.

Las tradiciones evolucionan, los dioses mitológicos griegos, nórdicos, hasta los precolombinos – Júpiter, Neptuno, Diana, Odín, Hércules, Apolo, Aquiles, el hombre jaguar, el hombre murciélago - han sido reinventados por Hollywood con los actuales superhéroes que proliferan por las pantallas. Thor, Aquamán, Batman, Supermán, los nuevos dioses de la mitología USA, donde pretenden salvar al mundo en la ficción de una pantalla, mientras lo destruyen en la realidad. Entonces, ¿Cuándo comienza, y en donde termina una tradición? Todos los días se generan mundos para ser diariamente devorados en apocalíptica destrucción.

El sainete existió aun antes que la palabra sainete. El calificativo a esa representación teatral de lo popular, aparentemente insignificante, llena de picardía y que por lo patético de su verisimilitud, lo hacen digno de incredibilidad y desconfianza, produciendo una burla a nuestras falsas virtudes disfrazadas de verdad. Un teatro entre lo falso y lo cierto con intención de confundir al incauto espectador, o de simplemente mostrar nuestras costumbres ingenuamente, de manera intrascendente, para entretener a la gente de la rutinaria cotidianidad automatizante.

Un teatro vivo, sencillo, humilde, sin pretensiones grandilocuentes, con personajes del común, con conflictos cotidianos de subsistencia, de amores y desamores, de engaños y heroísmos, asequible al común de la gente poco letrada, pero que necesitan tanto del arte como la más educada.

Este encuentro es para mirarnos a los ojos, para exaltar la amistad, para abrazarnos, para reconocernos y aceptarnos en la diferencia, para redescubrirnos en la memoria, para afianzar nuestras raíces y cimentar un posible porvenir. A ustedes, gracias por existir y hacer posible que los sueños se confundan con la realidad, por ser testarudos y testarudas, con la energía para que el escenario viva y que abra el telón al horizonte de la ilusión, haciendo posible que comulguemos con el espectador. Gracias por creer en la vida del teatro, donde se vive el teatro, se vive del teatro, se vive para el teatro. Somos unos millonarios con escaso dinero que podemos ser reyes, mendigos, santos, delincuentes, presidentes, ya que podemos habitar la humanidad. Donde se goza, se disfruta la tragedia y se sufre la comedia, donde nuestros colegas somos la familia que escogimos y a pesar de las diferencia, nos queremos. Gracias por su terquedad a ser humanos, a ser piel, corazón, emoción, dolor…

El teatro esta está vivo. VIVA el teatro.

 

Luis Alberto Correa Zapata. Director general